ORDM - 041 Plan Metropolitano de Desarrollo y Ordenamient - page 316

Municipio del Distrito Metropolitano de Quito
Diagnóstico Estratégico - Eje Territorial
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ESCALA URBANA
2. Estructuración de áreas verdes y espacios baldíos
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C
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E G
2.1 Cobertura de Áreas Verdes y Espacio Público Urbano
Descripción
En lo que se refiere a dotación de áreas verdes urbanas, la norma de la Organización
Mundial de la Salud (OMS) establece que se debe prever una superficie mínima de 9m2 por
habitante.
Este criterio ha sido recogido por la municipalidad en la expedición de la Ordenanza No.
213, que regula el patrimonio natural y la calidad ambiental del DMQ. Sin embargo, debido a
las dinámicas de producción y uso del espacio público a las que se ha aludido
anteriormente, se evidencia un déficit en el cumplimiento general de la norma. Pero aún
más trascendental es la distribución inequitativa de éstas en el territorio, como se demuestra
en el cuadro siguiente.
Así, se observa que la zona urbana de la Administración Zonal Eugenio Espejo (Norte),
apenas supera la dotación necesaria de áreas verdes, mientras que las zonas Eloy Alfaro,
Quitumbe y Calderón, no están suficientemente servidas, con un déficit de hasta el 50% del
cumplimiento de la norma.
Desde la gran expansión urbana de Quito a partir de los años setenta, la municipalidad
delegó parcialmente sus funciones como generadora del espacio público a los
desarrolladores urbanos, a través de una normativa muy flexible, cuyo único parámetro de
cumplimiento era cuantitativo (10% del total de la superficie urbanizada), descuidándose los
elementos cualitativos como localización, función ambiental, equipamiento, morfología,
topografía y posibilidad de utilización, que en algunos casos propiciaron su configuraron
espacios residuales del construido. En el 2008, con la reforma del Plan de Uso y Ocupación
del Suelo (PUOS), se mejoró parcialmente la calidad de la normativa, en lo que se refiere a
lotes mínimos y a localización destinados a Espacio Público. (PDOT 2012-2014)
La falta de regulación institucional para la generación sistemática (ordenamiento territorial,
entorno arquitectónico) y uso adecuado del espacio público acentúa la indiferencia
ciudadana, tanto individual como colectiva, respecto a la apropiación requerida para la
cogestión más eficiente. Esto se evidencia en el vandalismo y la inseguridad que
generalmente se asocian al emplazamiento de una plaza o un parque en la ciudad.
Además, no existe un programa municipal sostenido de concientización que promueva la
apropiación del espacio público y la corresponsabilidad ciudadana en su uso y
mantenimiento.
Cabe señalar, además, que el espacio público no se percibe ni considera como un servicio
social, por lo que es difícil concertar usos socialmente validados (los intereses a su
alrededor son múltiples y diversos y pueden generar segregación en lugar de uso colectivo).
Algunas razones para la desvalorización del espacio público como sitio para la construcción
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