Municipio del Distrito Metropolitano de Quito
Diagnóstico Estratégico - Eje Social
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La pobreza, discriminación, exclusión y violencia afecta a la población quiteña, la
juventud, las mujeres, población LGBTI, entre otros grupos están afectados por
estos factores. Las familias más vulnerables, por trabajo o por su búsqueda, no
cuentan con el tiempo suficiente para el cuidado diario de sus hijos/as; Niños y niñas
de 0 a 5 años de edad presentan desnutrición crónica; el cuidado, atención y
protección de la población de adultos mayores es limitada.
La promoción de la autonomía e independencia es también carente; si tomamos en
cuenta el estado civil de la población joven y de aquella que pese a estar casada o
en unión libre que aún vive con sus familias de origen, así como la tenencia de la
vivienda (arrendada o prestada), junto con las bajas alternativas de insertarse en el
mercado laboral, encontramos que sobre todo las nuevas generaciones carecen de
apuestas por desarrollar su autonomía e independencia.
La elaboración de este diagnóstico ha registrado la necesidad de cambios profundos
en el modelo de gestión del Municipio, tanto en sus equipos, acciones y programas
sociales, como en su relación con la ciudadanía. Un Gobierno con cercanía no solo
depende de infraestructura y dotación de servicios cercanos con los actores
sociales, sino que se vincule con la toma de decisiones, procesos de consulta y
mecanismos de participación ligados a todos los momentos de la política pública
local. La definición de las Administraciones Zonales son susceptibles de revisión,
mayor desconcentración y autonomía.
Uno de los principales objetivos políticos recomendados a cumplir en los próximos
años se relaciona con un mandato constitucional postergado y un clamor de los
habitantes del DMQ: la formulación de su Estatuto Autonómico. Para la gobernanza
este constituye el escenario ideal para la constitución de la ciudad en términos
prospectivos al mediano y largo plazo.
El Estatuto Autonómico de Quito constituye una oportunidad única que tiene la
ciudad para producir cambios en la arquitectura institucional y la gestión municipal,
para convertirlo cada vez más en un gobierno de cercanía con la población.
Asimismo, no puede perderse de vista que dicha construcción debe
(imperativamente) construirse con un altísimo grado de participación ciudadana, de
manera que recoja las principales demandas y anhelos de la población y sea de
hecho el mayor vínculo de la participación ciudadana con la toma de decisiones.
Sumado a la construcción participativa del Estatuto Autonómico, que de por sí ya
responde a las grandes demandas de la población en términos de participación
ciudadana, debe tomarse en cuenta mecanismos permanentes que, lejos de
convertirse en institucionalizada-burocratizada, cooptada o funcionalizada, la
ciudadanía requiere de espacios concretos de participación en la toma de decisiones
en las diferentes instancias del MDMQ, que abarca la potenciación de la
denominada “Silla Vacía”, así como varios otros mecanismos de consulta para la
toma de decisiones, planificación, observación ciudadana, tanto de todos los
momentos de la política pública como de los servicios públicos, que permitan
también su retroalimentación y seguimiento a la implementación.