Municipio del Distrito Metropolitano de Quito
Diagnóstico Estratégico - Eje Social
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Fuente: Datos abiertos. Año: varios
El arte y la cultura, son parte esencial de la definición e identidad de las ciudades.
En Quito, se forjo durante cientos de años la vieja Escuela Quiteña, que diera
identidad al arte colonial de manera importante, luego el cultivo de este
conocimiento se fue perdiendo. La incorporación del arte moderno supuso el
aparecimiento de nuevas oleadas de artistas que fueron marcando una nueva
identidad al arte capitalino.
La falta de apoyo enfocado a potenciar tanto el cultivo del conocimiento del arte
colonial, como espacios y proyectos que liberen la expresión cultural y su
potencialidad, han dado como resultado una disminución del mismo, como aporte a
la construcción de la identidad nacional y cultural del país.
El potencial cultural de Quito no puede verse afectado por esta tendencia, ni por una
visión de comercialización del arte y la cultura; ni por la falta de ampliación del arte y
la cultura para grandes mayorías, o la carencia en el acceso a programas de
fomento y cultivo de las artes.
La concentración de oferta de museos y centralización de su funcionamiento; la
poca apertura de la gestión cultural a la innovación y experimentación artística, y la
perdida de transmisión de historias, mitos, tradiciones y saberes, se suman a esta
problemática.
Diversificar la oferta cultural, impulsando espacios públicos para la cultura,
bibliotecas, ludotecas o mediatecas fijas o itinerantes; salas de teatro, etc.; así como
valorar socialmente la profesión y oficio artístico, incluso dar paso a procesos de
profesionalización, acreditación y certificación, son algunas de sus necesidades que
potenciará a la ciudad en el campo sociocultural.
Al respecto existe subutilización del espacio público; ausencia de apuestas para las
culturas urbanas y su expresión, particularmente juveniles y otros grupos diversos
de Quito. La ampliación de la visión de la cultura generará que culturas urbanas
diversas, movimientos urbanos que buscan nuevas formas de interacción con la
ciudad, participen y se involucren.
Se evidencia también la falta de mecanismos y campañas para la solución pacífica
de problemas de la convivencia, en escuelas, barrios, etc.
El incremento de los
problemas de violencia, carencia de solidaridad y buena vecindad que
caracterizaron a la ciudad, ponen no solo en riesgo su tranquilidad sino que
constituyen serios desafíos respecto a construir nuevas formas de relaciones entre
los ciudadanos. El cambio de patrones culturales, relacionados con la nutrición, la
seguridad, el ruido, la violencia u otras, pueden ser atendidos desde el campo de la
cultura.
Quito cuenta con un patrimonio gastronómico que ha tenido un débil impulso. Tanto
la composición diversa por ser una ciudad de acogida a una variedad de habitantes
provenientes de otros rincones del país y del mundo, aunque pudiera ser una
potencialidad, han llevado a la ciudad a perder terreno respecto de su identidad
gastronómica.
La pertenencia y reconocimiento de la identidad culinaria de Quito exige esfuerzos
por rescatarla, popularizarla, masificarla, estilizarla y potenciarla; este no es un
camino meramente cultural, sino además turístico y productivo.